Un titere que se revelo a su creador
rompio las cuerdas, y soñando se quedo
mirando a una gran ventana en un pequeño salón
ahí, directo, coqueteando con un rayo de luna
buscando su fortuna en ilusiones de papel
sentado a plena oscuridad, su mirada clavada al cielo
como queriendo traspazar las paredes de concreto.
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